Las
floridas espaldas ya en la nieve,
y los
cabellos de marfil al viento.
Agua
muerta en la sien, el pensamiento
color
halo de luna cuando llueve.
¡Oh qué
clamor bajo del seno breve;
qué
palma al aire el solitario aliento,
qué
témpano cogido al firmamento,
el pie
descalzo, que a morir se atreve!
¡Brazos
de mar, en cruz, sobre la helada
bandeja
de la noche; senos fríos,
de donde
surte, yerta, la alborada;
oh
piernas como dos celestes ríos,
Malva-luna-de-yelo,
amortajada
bajo las
mares de los ojos míos!
Rafael
Alberti (El Ptº de Stª Mª 1902 - Ibideim 1999)
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