lunes, 1 de agosto de 2011

DE LA MAR




De la mar de la vida
del universo de las caracolas y las algas,
del reino de la sal y las espumas,
el mundo de la inmensidad,
de la fuerza y la bravura.


De la mar de las mareas
de los arrecifes de corales,
el final del agua de los glaciares
de la mar en calma o revuelta de tempestades,
del reino del plancton y las especies.
del caladero de los bancos de peces,
del origen natural de muchos bienes.
La mar de la riqueza,
de las profundidades,
de sueños de travesías de navegantes,
la mar mas inexplorada e intrigante.


Mares calidos, mares helados,
mares oscuros y mares de luz,
mares verdosos y mares azules,
mares de soles enterrados y de luces sumergidas,
mares del norte y los mares del sur.


Mar de romance, mar de sirena,
mares de enamorados al atardecer,
mares que pueden significarlo todo,
mares de tragedia,
mares de aventuras,
mares de inspiración.


Infinita grandeza de agua salvaje,
la fuerza de la vida de la mar.


José Manuel Monge, Sanlúcar de Barrameda, Junio 2011.

LA MAR, MI MAR.


Río que baja y mar que penetra
en esa explosión de salitre y agua dulce,
coto de pinos que miran, ciudad que se recrea
vista relajante del sitio mas bonito de mi tierra.

Inmensidad de soles y atardeceres,
figuras sombreadas de barquitos de pesca que regresan,
brillos y destellos de la estampa mas bella,
olas, marea, baño de conchas, cielo, arena.

Calores y alegrías de verano
bravura y sombras ocres de los inviernos.
Mar de Sanlúcar expresivo y sereno,
emotivo, romántico, marinero,
el marco y el lienzo del cuadro mas bello.

Mar de Sanlúcar,
La mar, mi mar, el mar nuestro.

José Manuel Monge. Sanlúcar de Barrameda Junio 2011

CALMA


¿Dónde se acaba el mar?
¿Dónde comienza el cielo?
Los barcos van flotando.
o remontan el vuelo?


Se perdió el horizonte,
en el juego mimético
del cielo y de las aguas.


Se fundió el movimiento,
en un solo color
azul, el azul quieto.


Se funden los colores;
se apaga el movimiento.


Un solo color queda;
no existe barlovento.


¿Dónde se acaba el mar?
¿Dónde comienza el cielo?

José María Hinojosa Málaga 1904-1936

MAR POR LA TARDE


Altos muros del agua, torres altas,
aguas de pronto negras contra nada,
impenetrables, verdes, grises aguas,
aguas de pronto blancas, deslumbradas.

Aguas como el principio de las aguas,
como el principio mismo antes del agua,
las aguas inundadas por el agua,
aniquilando lo que finge el agua.

El resonante tigre de las aguas,
las uñas resonantes de cien tigres,
las cien manos del agua, los cien tigres
con una sola mano contra nada.

Desnudo mar, sediento mar de mares,
hondo de estrellas si de espumas alto,
prófugo blanco de prisión marina
que en estelares límites revienta,

¿qué memorias, qué rocas, yelos, islas,
informe confusión de aguas y nada,
qué mares, encendidos prisioneros,
dentro de ti, bajo tu pecho, cantan?

¿Qué violencias recónditas, qué labios,
conmueven a tu piel de verdes llamas?,
¿qué desoladas aguas, costas solas,
qué mares invisibles, mar, alías?,

¿dónde principias, mar, dónde te viertes?,
¿dónde principias, tiempo, vida mía,
ejército de humo y de mentira,
adónde vas, latido, carne, sueño?

¿Dónde te viertes, avidez de nada?
No soy la piedra que se precipita,
soy su caída, y más, soy el abismo,
el círculo de sombra en que se ahonda.

Tiempo que se congela, mar y témpano,
vampiro de la luna o se despeña:
madre furiosa, inmensa res hendida,
mar que te comes vivas las entrañas.

Octavio Paz (México 1914 – 1998)

MAR INSÍPIDO



El mar de tan insípido es inmenso
no tiene corazón ni abrecaminos
cual saliva de dios inexplicable
viene y se va sin entregarnos nada


el mar opaco o transparente crece
o decrece en el lecho de su hondura
señor de los naufragios deja cuerpos
en las islas que esperan su legado


a sus olas sin sol no las conmueve
ni la sirena fiel de Copenhague
el mar no es un puñal / son mil puñales
que acaban con los viejos pescadores


no sabe perdonar / su ley de siempre
es que el pez grande ha de comerse al chico
nosotros pasaremos pero el mar
quedará como sábana y testigo

Mario Benedetti (Uruguay 1920 – 2009)

NO INTENTEMOS EL AMOR NUNCA





Aquella noche el mar no tuvo sueño,
cansado de contar, siempre contar a tantas olas,
quiso vivir hacia lo lejos,
donde supiera alguien de su color amargo.

Con una voz insomne decía cosas vagas,
barcos entrelazados dulcemente
en un fondo de noche,
o cuerpos siempre pálidos, con su traje de olvido
viajando hacia nada.

Cantaba tempestades, estruendos desbocados
bajo cielos con sombra,
como la sombra misma,
como la sombra siempre
rencorosa de pájaros estrellas.

Su voz atravesando luces, lluvia, frío,
alcanzaba ciudades elevadas a nubes,
cielo Sereno, Colorado, Glaciar del Infierno,
todas puras de nieve o de astros caídos
en sus manos de tierra.

Mas el mar se cansaba de esperar las ciudades,
allí su amor tan sólo era un pretexto vago
con sonrisa de antaño,
ignorado de todos.

Y con sueño de nuevo se volvió lentamente
adonde nadie
sabe nada de nadie,
adonde acaba el mundo.

Luis Cernuda (Sevilla 1902 – México D.F. 1963)

ME ACARICIAS



Con tu cuerpo revoltoso
cubriéndome de algas
o de pececillos despistados
que resbalan entre mis dedos
como tu espuma blanca,
como el canto melifluo y sincopado
de tus risas y de tus quejas.

Me sumerjo en ti
y me mandas tu mensaje
de caracolas lejanas,
o me golpeas duramente con tus olas
zarandeando mis silencios
que quieren esconderse
del otro lado del inicio del levante.

A veces me arrastras,
me llamas desde tus corrientes
escondidas y falaces
susurrándome con tus resacas
promesas de sirenas y jardines
mar adentro...
Y a veces estoy a punto de creerte.

LUIS ENRIQUE PRIETO , Melilla (España) 1947

ESCÚCHAME MAR


Ahora me voy. Me voy
pero no te dejo
porque es imposible dejar el corazón
y llevarse tan solo el cuerpo...
 Me voy hacia tierra adentro
pero llevo pegado a los costados
todo tu mundo abierto de promesas
que has dejado colgadas
de mi alma mensajera.


Y llevo tus olas y la furia
de tus vientos contrapuestos,
y la sangre de tus gentes laborantes
y de las gentes que se pierden
en tu frontera maldita.


Y llevo tu magia y tus misterios,
tus colores y el ronroneo incesante
de la música de tu cuerpo
cuando choca con el aire
o cuando besa las arenas soñadoras
de las playas recelosas.
Y llevo, sobre todo y más que nada,
llevo todas tus promesas
y todos tus silencios...


Te llevo, mi mar,
hacia donde la tierra
huele y sabe a materia prometida,
donde el viento choca con las rocas
y el agua no tiene salitre
ni peces, ni algas, ni cangrejos...


Pero te llevo hasta la próxima.



LUIS ENRIQUE PRIETO Melilla (España) 1947