Bruscamente
la tarde se ha aclarado
porque
ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o
cayó. La lluvia es una cosa
que sin
duda sucede en el pasado.
Quien la
oye caer ha recobrado
el
tiempo en que la suerte venturosa
le
reveló una flor llamada rosa
y el
curioso color del colorado.
Esta
lluvia que ciega los cristales
alegrará
en perdidos arrabales
las
negras uvas de una parra en cierto
patio
que ya no existe. La mojada
tarde me
trae la voz, la voz deseada,
de mi
padre que vuelve y que no ha muerto.
Jorge
Luis Borges (Buenos Aires 1899 - Ginebra 1986)
No hay comentarios:
Publicar un comentario