viernes, 1 de marzo de 2013

SENSUAL




El deseo más incontrolable
de la pasión más incandescente,
la llama del amor más prohibido
en la quimera más inalcanzable
por la mujer mas hermosa y atrayente,
la lucha en un tenebroso laberinto
por la conquista de los besos más ardientes,
  
La dulzura más voluptuosa
de la hembra más inimaginable,
un  torso de pechos redondos y perfectos,
curvas talladas en unas caderas que se pierden
entre unas piernas de locura
y una espalda desnuda,
la piel mas suave y más llena de besos,
loca perdida de caricias de ternura..

La tersura del pelo más sedoso
que envuelve a los labios mas carnosos
bajo los ojos verdes más hermosos,
la perdición del goce de  los hombres
hasta llegar a la gruta del deseo,
del vicio, de la vida,
el lugar mas cálido, húmedo y guardado,
del placer, de la locura más infinita.

José Manuel Monge Álvarez (Sanlúcar de Barrameda, Octubre de 1964).

- INTIMA -




Tú no oprimas mis manos. 
Llegará el duradero 
tiempo de reposar con mucho polvo 
y sombra en los entretejidos dedos. 

Y dirías: «No puedo 
amarla, porque ya se desgranaron 
como mieses sus dedos». 

Tú no beses mi boca. 
Vendrá el instante lleno 
de luz menguada, en que estaré sin labios 
sobre un mojado suelo. 

Y dirías: «La amé, pero no puedo 
amarla más, ahora que no aspira 
el olor de retamas de mi beso». 

Y me angustiara oyéndote, 
y hablaras loco y ciego, 
que mi mano será sobre tu frente 
cuando rompan mis dedos, 
y bajará sobre tu cara llena 
de ansia mi aliento. 

No me toques, por tanto. Mentiría 
al decir que te entrego 
mi amor en estos brazos extendidos, 
en mi boca, en mi cuello, 
y tú, al creer que lo bebiste todo, 
te engañarías como un niño ciego. 

Porque mi amor no es sólo esta gavilla 
reacia y fatigada de mi cuerpo, 
que tiembla entera al roce del cilicio 
y que se me rezaga en todo vuelo. 

Es lo que está en el beso, y no es el labio; 
lo que rompe la voz, y no es el pecho: 
¡es un viento de Dios, que pasa hendiéndome 
el gajo de las carnes, volandero!

Gabriela Mistral (Vicuña, Chile 1889 - Nueva York 1957)

INTIMA


1 
Se recogió la vida para verme pasar. 
Me fui perdiendo átomo por átomo de mi carne 
y fui resbalándome poco a poco al alma. 

Peregrina en mí misma, me anduve un largo instante. 
Me prolongué en el rumbo de aquel camino errante 
que se abría en mi interior, 
y me llegué hasta mí, íntima. 

Conmigo cabalgando seguí por la sombra del tiempo 
y me hice paisaje lejos de mi visión. 

Me conocí mensaje lejos de la palabra. 
Me sentí vida al reverso de una superficie de colores y formas. 
Y me vi claridad ahuyentando la sombra vaciada en la tierra desde el 
hombre. 

2 
Ha sonado un reloj la hora escogida de todos. 
¿La hora? Cualquiera. Todas en una misma. 
Las cosas circundantes reconquistan color y forma. 
Los hombres se mueven ajenos a sí mismos 
para agarrar ese minuto índice 
que los conduce por varias direcciones estáticas. 

Siempre la misma carne apretándose muda a lo ya hecho. 
Me busco. Estoy aún en el paisaje lejos de mi visión. 
Sigo siendo mensaje lejos de la palabra. 

La forma que se aleja y que fue mía un instante 
me ha dejado íntima. 
Y me veo claridad ahuyentando la sombra 
vaciada en la tierra desde el hombre.

Julia Burgos (1914 -1953 Puerto Rico)


ESTA ES MI CASA




No cabe duda. Esta es mi casa
aquí sucedo, aquí
me engaño inmensamente.
Esta es mi casa detenida en el tiempo.

Llega el otoño y me defiende,
la primavera y me condena.
Tengo millones de huéspedes
que ríen y comen,
copulan y duermen,
juegan y piensan,
millones de huéspedes que se aburren
y tienen pesadillas y ataques de nervios.

No cabe duda. Esta es mi casa.
Todos los perros y campanarios
pasan frente a ella.
Pero a mi casa la azotan los rayos
y un día se va a partir en dos.

Y yo no sabré dónde guarecerme
porque todas las puertas dan afuera del mundo.

Mario Benedetti  (Uruguay 1920 - 2009)

INESPERADAMENTE


Inesperadamente tu amor llega a mi vida,
mujer de besos hondos y plenitud creciente,
como brota un retoño de una rama caída,
como en un río seco renace la corriente.

Llegas como las nubes, inesperadamente;
inesperadamente llegas como el verano,
para dejarme el peso de una sombra en la frente
y un dolor de raíces profundas en las manos.

Y es que tu boca alegre me inspira un beso triste,
y en tus ojos cercanos veo un mirar ausente,
porque sé que algún día, lo mismo que viniste,
te me irás de los brazos, inesperadamente...

José Angel Buesa (Cuba 1910 - República Dominicana 1982)


UNA PAREJA PERDIDA



Iban los dos vestidos con descaro
—minifalda, melenas—
cogidos de la mano,
tan jóvenes que casi daban miedo,
tan absortos en un cero
que, aunque no se veían, les unía absolutos
algo fieramente puro.
Iban a cualquier parte cogidos de la mano.
Se amaban sin tristeza,
ni alegría, ni nada.
Y a veces se miraban, pero no se veían.
Y luego se sentaban en un banco cualquiera.
Pero no se veían.
Ella era muy bonita; parecía aturdida;
él, feroz y esmirriado.
No hablaban. No tenían ya nada que decirse.
Ya no se deseaban.
Pero seguían juntos, cogidos de la mano,
frente a algo que espantaba.

Mientras el transistor seguía sonando.

Gabriel Celaya (Hernani, Guipúzcoa 1911 -  Madrid 1991)