domingo, 1 de junio de 2014

JUNIO A LOS LIBROS

Este mes de Junio nuestro Cuaderno de Poesía, nuestro blog poético y cultural viene cargado de lectura, de volúmenes llenos de palabras, de frases, de párrafos y de versos. Este mes de Junio nuestro blog viene lleno de hojas repletas de mensajes escritos, de información, de conocimientos que encierran toda la fuerza inagotable del saber.

Este mes de Junio nuestro Cuaderno de Poesía lo hemos dedicado a los Libros.

UN LIBRO


Un libro repleto de juguetonas letras que habitan por páginas infinitas,
de curiosos párrafos que bailan con estrofas medio escondidas,
hojas llenas de secretos y enigmáticos mensajes cargados de contenido,
de palabras hábiles en el interior de unas frases llenas de vida,
dentro de la caja más llena, más sabia y más sorprendente que exista.

Datos e historias de saber almacenado oculto dentro del papel,
a base de signos, de letras, de grabados entre legajos de tinta,
ese afán del beber ávido secuencial de páginas releídas,
el poder de la palabra perenne que queda viva de por vida.

Compañero de solitarios, de estudiosos apasionados,
de lectores noveles o de viejos que manejan volúmenes casi olvidados,
libros de diferentes estilos, edades e idiomas, infinitos temas,
el camino mas directo a la consulta sobre la materia mas suculenta,
las fuentes frescas de las puertas del saber de par en par abiertas.

Ojos lectores cansados de un sueño de lecturas que no paran,
ojos que están sumergidos en un mundo de pasajes e historias
que recibe una mente alimentada de libros entre las manos,
títulos sorprendentes, prólogos atrayentes, comienzos apasionados,
contenidos interesantes ante los finales mas inesperados.

Libros de consulta, de historia, de cultura, de novela o de poesía,
libros abiertos al mundo, fuentes de sabiduría.

José Manuel Monge Alvarez (Sanlúcar de Barrameda 1964)

MIS LIBROS


Mis libros (que no saben que yo existo)
son tan parte de mí como este rostro
de sienes grises y de grises ojos
que vanamente busco en los cristales
y que recorro con la mano cóncava.
No sin alguna lógica amargura
pienso que las palabras esenciales
que me expresan están en esas hojas
que no saben quién soy, no en las que he escrito.
Mejor así. Las voces de los muertos
me dirán para siempre.



Jorge Luis Borges (Buenos Aires 1899 - 1986 Ginebra) 

UN LECTOR


Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído.
No habré sido un filólogo,
no habré inquirido las declinaciones, los modos, la laboriosa mutación de las letras,
la de que se endurece en te,
la equivalencia de la ge y de la ka,
pero a lo largo de mis años he profesado
la pasión del lenguaje.
Mis noches están llenas de Virgilio;
haber sabido y haber olvidado el latín
es una posesión, porque el olvido
es una de las formas de la memoria, su vago sótano,
la otra cara secreta de la moneda.
Cuando en mis ojos se borraron
las vanas apariencias queridas,
los rostros y la página,
me di al estudio del lenguaje de hierro
que usaron mis mayores para cantar
espadas y soledades,
y ahora, a través de siete siglos,
desde la Última Thule,
tu voz me llega, Snorri Sturluson.
El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa
y lo hace en pos de un conocimiento preciso;
a mis años, toda empresa es una aventura
que linda con la noche.
No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte,
no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd;
la tarea que emprendo es ilimitada
y ha de acompañarme hasta el fin,
no menos misteriosa que el universo
y que yo, el aprendiz.

Jorge Luis Borges (Buenos Aires 1899 - 1986 Ginebra) 

EN EL LIBRO LUJOSO


En el libro lujoso se advierten
        las rimas triunfales:
bizantinos mosaicos, pulidos
        y raros esmaltes,
fino estuche de artísticas joyas,
        ideas brillantes;
los vocablos unidos a modo
        de ricos collares;
las ideas formando en el ritmo
        sus bellos engarces,
y los versos como hilos de oro
        do irisadas tiemblan
        perlas orientales.

¡Y mirad! En las mil filigranas
hallaréis alfileres punzantes;
        y, en la pedrería,
        trémulas facetas
    de color de sangre.

                 

Rubén Darío (Nicaragua 1867 - 1916)