sábado, 1 de diciembre de 2012

MORIR




Qué triste es ver morir,
ver que alguien nos deja;
recordamos cosas de su vida,
sus alegrías,
sus amargas vivencias,
aquella atención tan buena,
aquello que dejó por hacer,
o lo que valió la pena.

El día en que yo expire,
cuando la muerte me sorprenda,
no sé si vagaré por el paraiso eterno
o por los abismos de las tinieblas,
lo que si sé que perdurará
será mi espíritu de poeta.

Lo que si se es que moriré,
no sé cómo, donde, ni porqué,
si iré a parar a un averno,
o a un edén.

Por eso ruego,
que nadie me llore,
que no me sientan,
que solo perdure el recuerdo
de mis humildes estrofas,
de mis poemas.


José Manuel Monge Alvarez (Sanlúcar de Barrameda 1964)

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