Y la luna eras tú.
Una luna creciente, blanca, fría.
Mirabas hacia el mar y hacia las cosas
que no eran yo.
Y con cuánto silencio te gritaba
-Creciente, blanco, frío yo también-:
"Mírame, mírame,
Ay, mírame mirarte..."
Antonio Gala (Brazatortas - Ciudad Real 1930)
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