La luna
reina del valle andaluz
se asomó
hasta el río de los moros
a despedir
a ese sol que se zambulle
en una
eclosión de destellos de oro.
Mientras
los juanelos regresaban
con su
carga fresca de mar del día,
dibujando
esas espumosas estelas
hacia
Bonanza pasando por Bajo Guía.
Oscuridad
paulatina entre los pinos,
horizontes
marismeños del fondo
avistados
hacia el norte tras la salinas,
mientras
las luces se esconden
y la tarde
sanluqueña caía.
En pocos
instantes,
una
penumbra blanca de luna
arrulla a
las estrellas arriba,
poniendo a
la noche andaluza
una pintura
de anochecida.
Nueva,
creciente, menguante,
o tan llena
como una esfera incombustible
que apagará
la mañana tras la madrugada,
los enamorados
quieren conseguirla,
y los niños
quieren abrazarla,
luna
preciosa sobre mi pueblo,
esa
protección de lunática mágica.
José Manuel
Monge Alvarez (Sanlúcar de Barrameda,
Octubre de 1964)
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