LUNATICA
La luna
reina del valle andaluz
se asomó hasta el río de los moros
a despedir a ese sol que se zambulle
en una eclosión de destellos de oro.
El dia irremediablemente se acababa
en la villa de las torres frente al mar,
un tenue olor a bodega entre casas encaladas,
sueños de navegantes e historias olvidadas,
campanarios, conventos, palacios, tabernas,
leyendas de suspiros por la ciudad más deseada.
Mientras, los juanelos regresaban
con su carga fresca de mar del día,
dibujando esas espumosas estelas
hacia Bonanza pasando por Bajo Guía.
Oscuridad paulatina entre los pinos,
horizontes marismeños del fondo
avistados hacia el norte tras las salinas,
un Guadalquivir mas bello no había,
mientras las luces se esconden en el agua
y la tarde sanluqueña caía.
En pocos instantes,
una penumbra blanca espectro de luna
arrullaba a las estrellas arriba,
poniendo a la noche andaluza
una pintura de anochecida.
Nueva, creciente, menguante,
o tan llena como una esfera incombustible
que apagará la mañana tras la madrugada,
los enamorados quieren conseguirla,
y los niños quieren abrazarla,
luna preciosa sobre mi pueblo,
esa protección de lunática mágica.
se asomó hasta el río de los moros
a despedir a ese sol que se zambulle
en una eclosión de destellos de oro.
El dia irremediablemente se acababa
en la villa de las torres frente al mar,
un tenue olor a bodega entre casas encaladas,
sueños de navegantes e historias olvidadas,
campanarios, conventos, palacios, tabernas,
leyendas de suspiros por la ciudad más deseada.
Mientras, los juanelos regresaban
con su carga fresca de mar del día,
dibujando esas espumosas estelas
hacia Bonanza pasando por Bajo Guía.
Oscuridad paulatina entre los pinos,
horizontes marismeños del fondo
avistados hacia el norte tras las salinas,
un Guadalquivir mas bello no había,
mientras las luces se esconden en el agua
y la tarde sanluqueña caía.
En pocos instantes,
una penumbra blanca espectro de luna
arrullaba a las estrellas arriba,
poniendo a la noche andaluza
una pintura de anochecida.
Nueva, creciente, menguante,
o tan llena como una esfera incombustible
que apagará la mañana tras la madrugada,
los enamorados quieren conseguirla,
y los niños quieren abrazarla,
luna preciosa sobre mi pueblo,
esa protección de lunática mágica.

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