martes, 1 de abril de 2014

ABRIL FLORECIA


La menor cosía, 
la mayor hilaba ... 
Entre los jazmines 
y las rosas blancas, 
la más pequeñita, 
risueña y rosada 
—su aguja en el aire—, 
miró a mi ventana.

La mayor seguía 
silenciosa y pálida, 
el huso en su rueca 
que el lino enroscaba. 
Abril florecía 
frente a mi ventana.

Una clara tarde 
la mayor lloraba, 
entre los jazmines 
y las rosas blancas, 
y ante el blanco lino 
que en su rueca hilaba. 
—¿Qué tienes —le dije— 
silenciosa pálida? 
Señaló el vestido 
que empezó la hermana. 
En la negra túnica 
la aguja brillaba; 
sobre el velo blanco, 
el dedal de plata. 
Señaló a la tarde 
de abril que soñaba, 
mientras que se oía 
tañer de campanas. 
Y en la clara tarde 
me enseñó sus lágrimas... 
Abril florecía 
frente a mi ventana.

Fue otro abril alegre 
y otra tarde plácida. 
El balcón florido 
solitario estaba... 
Ni la pequeñita 
risueña y rosada, 
ni la hermana triste, 
silenciosa y pálida, 
ni la negra túnica, 
ni la toca blanca... 
Tan sólo en el huso 
el lino giraba 
por mano invisible, 
y en la oscura sala 
la luna del limpio 
espejo brillaba... 
Entre los jazmines 
y las rosas blancas 
del balcón florido, 
me miré en la clara 
luna del espejo 
que lejos soñaba... 
Abril florecía 
frente a mi ventana.


Antonio Machado  (Sevilla 1875 – 1939 Colliure, Francia) 



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