El lobo blanco del invierno,
el lobo blanco viene,
con los feroces ojos inyectados
en sangre helada, fijos y crueles.
¡Maldito lobo invierno, que te llevas
los viejos y los débiles!
¡Reunámonos, que todos
tengan una familia,
un libro y fuego alegre!
Y mientras, fuera, el hacha
el tronco seco hiende,
que será rojo en el hogar, cerremos
la puerta y el balcón... ¡Dios no nos quiere!
¡Tregua! Seamos amigos...
La tibia paz entre nosotros reine
en torno de la lámpara, que esparce
la tranquila poesía del presente.
Y tú, mi amada, cuyos rojos labios
son ya la sola flor, dámelos..., ¡quiéreme!...
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . .
¡Que el lobo blanco del invierno
el lobo blanco viene!
Manuel Machado (Sevilla 1874 - Madrid 1947)
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