martes, 1 de marzo de 2011

POEMA A LA NIÑA CIEGA



Madre, que pena yo siento al verla
cuando paso frente a ella,
con su carita tan pálida,
con su melena morena.
¡Qué pena yo siento al verla!
¡madre!, ¡que pena de niña ciega!.

Qué bonitos son sus ojos,
sus ojitos centelleantes.
¡Qué pupilas de perla negra!,
apagadas como las noches,
las noches de luna nueva.

Qué bonita en las tardes de verano
sentada en la casapuerta,
mientras los niños jugaban,
jugaban cerca de ella.

La niña se hace largas trenzas
con sus manitas de seda,
que adorna con lindas flores
lindas flores de la pradera.

El arriero que pasa deprisa
saluda a la niña ciega,
esta le mueve su mano
y le borda una mueca tierna.
¡Ay! ¡Qué pena me da esa niña!,
Madre, ¡Qué pena yo siento al verla!

Jmongeal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario