viernes, 1 de noviembre de 2013

VIENTO




Ráfagas traviesas e intrépidas
cargadas de palabras y lugares,
aires viajeros que deambulan por el mundo
escudriñando cada rincón,
como duendes invisibles,
veloces, penetrantes y libres
vientos revoltosos e incombustibles.

Vientos enfurecidos,
gélidos y cortantes,
viento abrasador del desierto
y las brisas marinas mas suaves,
que coquetean y tontean
con los tifones más voraces.

Revoloteos de hojarasca
mientras las chicas se sujetan la falda
en las tardes ventosas y pardas,
donde los árboles zarandean sus ramas
y donde el viento ulula entre las casas.

Aires helados del norte
y los templados aires del sur,
soplidos  dispares de Eolo
desde su gruta mas olvidada,
viento que llega a todas partes
hasta a las tierras mas alejadas,
viento que mueve molinos
y que separa el grano de la paja.

Aire del zagal que bebe los vientos
por la moza mas preciosa
y no se atreve a decirle cosas,
cosas que se lleve el viento
si la chica se hace la sorda,
versos que se esparzan al viento
para que la niña los recoja,
cortejo de aires de amor
que se pierden entre los vientos,
aires cómplices y tiernos,
aire, aires cargados de besos.

José Manuel Monge Álvarez (Sanlúcar de Barrameda 1964)

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